ENTRE. RESPUESTAS.

Como es trístemente habitual, el 2013 no ha sido un año calmado en Asia, ni mucho menos en Oriente Medio. Guerras, atentados y luchas internas por el poder siguen lastrando a un territorio que tendrá un año muy activo para sus votantes, pero con la sombra de que cada día en el que se abran las urnas pueda tener una respuesta que vuelva a frenar el proceso democrático.

 

El juego electoral dará comienzo en Maldivas, donde se elegirá al Consejo del Pueblo. Sin embargo, el primer punto de interés se encontrará en Afganistán. Poco antes de que se retiren las tropas internacionales y con la imposibilidad de que se presente a la reelección Hamid Karzai (la Constitución límita a dos mandatos) la incertidumbre se ciñe sobre unas elecciones en las que los talibanes ya han puesto su punto de mira, avisando de que las boicotearán.

 

Sólo cinco días después de conocer qué ocurre en Afganistán será el turno de Indonesia, donde el actual presidente, Susilo Bambang Yudhoyono, podría perder el cargo que ostenta desde 2004 acuciado por varios escándalos de corrupción. Este movido mes de abril concluirá con las elecciones legislativas de Irak, donde el enfrentamiento abierto entre el primer ministro Nouri al-Maliki y el líder religioso Muqtada al-Sadr, amenaza con extenderse a la lucha por el Parlamento, lo que podría provocar una nueva oleada de violencia.

 

También habrá juego electoral en India. Narendra Modi, cabeza de lista del partido opositor BJP, podría ser encumbrado como Primer Ministro, si bien no lo tendrá fácil, ya que su discurso personalista también está levantando voces en su contra. Rahul Gandhi, hijo de Sonia Gandhi, podría ser su rival.

 

Ya en noviembre, y con la guerra de Siria como telonero, deben celebrarse elecciones presidenciales en Líbano. Seguidores y detractores de Al Assad dominan en las fuerzas políticas, por lo que el resultado que se pueda dar en noviembre es toda una incógnita para los analistas.